jueves, 2 de marzo de 2017

Naturaleza y cultura (inicio del capítulo)



A diferencia del resto de los animales, los seres humanos no estamos totalmente condicionados por nuestra genética. Nuestra hipertrofia cerebral nos ha permitido poner en cuestión las supuestas leyes inmutables del universo, incluso en lo referente a nosotros mismos. Así, una persona puede decidir suicidarse, no tener hijos o incluso no practicar sexo, opciones todas ellas absolutamente antinaturales pues van en contra de la evolución de la especie. Desde nuestra aparición en este mundo nos hemos dedicado a enmendar la plana a la naturaleza: esto me gusta, lo aprovecho, esto no me va, lo cambio. Las consecuencias de estas intervenciones humanas están a la vista. Hay quien piensa que nos hemos pasado unos cuantos pueblos al modificar nuestras condiciones naturales de vida, y que todo se va a ir al garete si seguimos por este camino sin tener en cuenta los ritmos básicos de esta naturaleza sin la cual no somos nada. Pero no estamos aquí para hablar de ecologismo sino de feminismo.

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