Para referirse a la menstruación —el
período, el mes, la regla—suelen utilizarse eufemismos más o menos ocurrentes,
entre ellos “el tío de América”, “el inquilino comunista” o “la marea roja”,
pero el hecho en sí de sangrar profusamente todos los meses no tiene que
resultar nada divertido máxime si, como suele ser habitual, viene acompañado de
otras molestias: nauseas, vómitos, fatiga, diarrea, dolor de cabeza, de
espalda, de piernas, irritabilidad, depresión, hinchazón… Simone de Beauvoir nos recuerda que los
anglosajones la llamaban “la maldición” y asegura que “Desde la pubertad hasta la menopausia, la mujer es sede de una historia
que se desarrolla en ella y que no la concierne personalmente”. No puedo
estar más de acuerdo, tiene que ser una auténtica faena eso de que el cuerpo de
una se prepare para el embarazo cada 28 días, más o menos. Promediando cifras
una mujer “disfruta” de unas 432 menstruaciones a lo largo de su vida, menos las
correspondientes a los nueve meses de cada embarazo (a los que se podría añadir
un período variable relacionado con la lactancia).
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