¿Quién eres tú?

Querido lector, tú eres la razón de este libro y de estas páginas. ¡Oh!

Lee todo lo que quieras y escribe todo lo que te apetezca.

En principio dejo abiertos los comentarios a todo el mundo. Si podemos seguir así sin mayores contratiempos, yo lo prefiero, no soy nada partidario de las censuras. Por otro lado dicen que tendría que añadir un "captcha" (obligación de teclear unos caracteres que salen en plan raro), para asegurarse de que no se mete la típica máquina incordiante y malvada, pero de momento vamos a seguir así, que a mí tampoco me resulta nada cómodo entrar en páginas donde te obligan a pasar por ciertos pasos antes de comentar, que es a lo que vas.

Pues eso, que bienvenida (persona) y bienvenido (ser humano), valga la rebuzdancia.

1 comentario:

  1. En general no encuentro espacio para escribirte...

    Me gustaría compartir contigo ideas sobre problemas sociales graves que quisiera desmenuzar hasta el extremo para evidenciar el tratamiento que se da.

    También estoy escribiendo un ensayo sobre el poder y la reivindicación feminista del mismo, que seguro que te resultaría interesante. También soy economista como tú.

    Mi deseo es intercambiar información y combatir a una turba que pretende el poder desde una ideología basada en el enfrentamiento de la naturaleza de las personas (como es indudable que es el feminismo). Lucharía con todas mis fuerzas contra cualquier otra con la misma forma porque creo en los valores progresistas que necesariamente repudian la discriminación por sexo, raza, religión...

    Ellas lo harían.

    mi correo es uninefable@gmail.com. Si te interesa la iniciativa podemos intercambiar información y puntos de vista para contribuir a desmontar algo que abusa de una sociedad indefensa desde la más repugnante crueldad en su intención.

    Quiero exigir justicia al poder público, hasta acabar con un grupo de presión que usa técnicas de manipulación fascistas o neoliberales según le convenga, y no quiero nada más que lo que en justicia corresponda.

    Como soy progresista también deploro el concepto revolucionario, y más aún cuando no contiene conciencia social.

    Un abrazo.

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